Sin duda estamos viviendo un verano atípico, condicionados por la situación sanitaria.

Pero eso no significa que no podamos continuar con algunos de nuestros planes, como por ejemplo, vender nuestra casa.

En el post de hoy te damos ciertos trucos para vender tu casa en pleno verano.

Las vacaciones: buena ocasión para buscar casa

Hay gente que no dispone de mucho tiempo para ponerse a buscar casa activamente, por lo que aprovechan sus vacaciones para intentar encontrar la vivienda que buscan.

Si los posibles compradores de nuestra casa cumplen ese perfil es muy probable que la venta sea rápida.

Así que antes de hacer nuestros planes de verano, debemos organizarnos para combinar nuestras propias vacaciones con las posibles visitas que pueda recibir nuestra casa.

Si nos vamos a una segunda residencia o vamos a pasar unos días fuera, este período puede ser la mejor ocasión para coordinarnos con nuestra inmobiliaria y que realicen todas las visitas en ese tiempo.

Quizá volvamos de nuestras vacaciones con la casa ya vendida.

La importancia de la primera impresión

Todos sabemos que una buena primera impresión puede suponer el éxito en la venta de nuestra casa, o por lo menos, que los posibles compradores la tengan en mente y quieran volver a visitarla.

Es importante que preparemos la vivienda para las visitas, que esté limpia y ordenada.

Daremos el toque final si además, añadimos algún detalle que le dé un aire veraniego.

No te decimos que cambies la decoración, pero unos detalles como ropa de cama de colores claros, alunas plantas y algún toque de colores alegres, en los cojines del sofá, por ejemplo, hará que quien visite nuestra casa se sienta cómodo y se vea viviendo allí en ese mismo momento.

Elegir el mejor momento

A la hora de concertar las visitas siempre buscamos que los posibles compradores se lleven las mejores sensaciones.

Lo malo que tiene el verano es el tremendo calor que hace en prácticamente todos los rincones de nuestro país, así que la hora en la que vengan a ver la casa es importante.

Debemos evitar, en la medida de lo posible, las horas de mayor calor, por lo que el mejor horario sería o bien en las primeras horas de la mañana o a última hora de la tarde.

Así evitaremos que los visitantes ya lleguen a casa agobiados por el calor y el sudor y ya estén incómodos el resto de la visita.

Lo mejor para el final

Nosotros mejor que nadie sabemos cuáles son los puntos fuertes de nuestra casa y debemos aprovechar esa ventaja.

Si disponemos de terraza o de un buen balcón, el golpe de efecto sería finalizar ahí la visita.

Si unimos todo: verano, última hora de la tarde, casa ordenada, toques de decoración estival y fin de la visita en la terracita, habremos conseguido realizar la visita perfecta.

Como veis vender una casa en verano no tiene por qué resultar complicado.

Si estás pensando en vender tu casa, consulta con nosotros sin compromiso, somos especialistas en la gestión integral en la compra-venta de viviendas.