A la hora de alquilar tu casa a un inquilino el contrato de arrendamiento es un punto crítico fundamental. Es el documento legal por el que se regula como va a ser la relación entre el propietario y el inquilino y las condiciones económicas del arrendamiento. Aunque hay unos puntos obligatorios que hay que añadir a dicho contrato existen otros adicionales que te permiten proteger tus intereses como propietario. Te los explico en este artículo.
Incluir algunos de estos puntos te permitirán regular mejor las condiciones para recuperar tu casa alquilada en el caso de que lo necesites, por ejemplo. También dejar mejor reflejado las condiciones de un impago y cómo solucionarlo para evitar llegar al desahucio de tu inquilino por falta de pago como última opción.
Para evitar problemas en el futuro sigue leyendo y encontrarás claves que te ayudarán a proteger tus intereses como propietario.
Un contrato completo para proteger tus intereses como propietario
Aquí te dejo algunos de los puntos adicionales importantes a incluir en tu contrato de alquiler para que tus derechos queden mejor defendidos.
Todos los detalles económicos.
Uno de los grandes errores de muchos contratos de alquiler es no dejar bien establecidas las condiciones económicas del mismo. Por ejemplo, no dejar bien reflejada cómo y cuándo se calcula y aplica la subida del alquiler (según varíe el IPC por ejemplo).
También es habitual que no se establezcan unas fechas de pago del alquiler. Conviene incluirlo en el contrato de alquiler, por ejemplo, en los primeros 10 días del mes o del 1 al 5, etc.
Debe quedar bien reflejado la cantidad anual y mensual que supone para el inquilino el contrato de alquiler, así como la posible fianza o pago de alguna mensualidad por adelantado.
En cuestión de datos económicos cuantos más datos queden regulados, mejor.
Duración del contrato
Es bueno que se incluya claramente la duración del contrato y en qué condiciones se renueva. Firmar un contrato de alquiler por 5 años con una cláusula de renovación anual pero también el periodo mínimo que debe cumplirse antes de abandonarlo.
Puedes también añadir una cláusula que establezca el periodo previo de preaviso en el caso de abandono del alquiler. Así te aseguras de que en el caso de abandonar tu casa el inquilino te avisa de ello con la antelación suficiente, (tres meses, por ejemplo).
Así dispones del tiempo suficiente para comenzar la búsqueda de un nuevo inquilino y no tener pérdidas económicas por tener la casa vacía.
Penalizaciones en caso de no cumplimiento
En muchas ocasiones el contrato de alquiler no se cumple íntegramente. El inquilino decide abandonarlo antes de tiempo por alguna circunstancia. Es bueno negociar las condiciones antes de firmar el contrato y dejar reflejado tanto el período mínimo a cumplir.
Dejar bien escritas las posibles penalizaciones por el no cumplimiento de contrato agilizará las cosas y evitará disputas en el futuro.
Incluir un inventario de la casa
En muchos de los alquileres el propietario deja muebles, electrodomésticos y otros bienes para el uso y disfrute del inquilino. Esto es habitual y es algo positivo ya que favorece la llegada de personas que estén buscando alquilar un piso amueblado. Lo malo es que no quede reflejado lo que hay en el piso en el momento de la entrada.
Por eso hay que hacer un inventario, al menos con los elementos más importantes. Un listado con todo lo que se deja y el estado en el que se encuentra. Este inventario de muebles o electrodomésticos se añade al contrato como un anexo para que quede constancia de todo lo que se le “presta” al inquilino.
También sería bueno hacer una tasación del valor de dichos elementos en el inventario, al menos de los más importantes. Si hiciera falta se podrían añadir fotografías para ver el estado de estos en el momento de la entrega.
En caso de obra o reforma se necesita consentimiento
En muchas casas alquiladas los inquilinos deciden hacer algún tipo de reforma, aunque sea menor, sin contar con el permiso y autorización del propietario.
Una vez descubierto comienzan los problemas, conflictos y disputas. Par evitarlo es bueno que quede reflejada la obligatoriedad de que el inquilino pida siempre la autorización expresa y escrita del propietario.
Plazos y condiciones de devolución de fianza
En los contratos habituales se pide una cantidad previa como fianza. Se trata de una cantidad de dinero que el inquilino para a modo de “adelanto” al propietario. Este dinero sirve como fondo de amortización en el caso de que el inquilino no pague su alquiler o realice algún daño o desperfecto en la casa.
A la hora del abandono de la vivienda por parte del inquilino el dinero de la fianza se devuelve siempre y cuando no haya tenido que ser utilizada.
Es recomendable que en el contrato de alquiler se añada información de cómo y en qué plazos se devuelve dicha fianza después de verificar que la casa está en perfecto estado.
¿Quién paga las reparaciones?
Uno de los puntos de disputa habitual entre inquilino y propietario son las averías, reparaciones y modernización de la vivienda.
En este capítulo se puede reflejar con claridad qué tipo de averías debe subsanar y pagar el propietario y cuáles el inquilino para que no haya disputas futuras.
Si se trata de averías por daños producidos por el inquilino es él quien debería costearlas. En el caso de reformas y reparaciones que sean más estructurales de la vivienda sería el propietario quien podría hacer frente al pago de los gastos necesarios.
Información adicional del inquilino
En casi todos los contratos de alquiler a la hora de añadir la dirección del inquilino se incluye la propia dirección de la casa que se alquila.
Es bueno que se incluya una segunda dirección. El sentido que tiene esto es que en caso de abandono de la vivienda por parte del inquilino (si se va antes de tiempo, por ejemplo) el propietario sin forma y dirección a la que enviar las notificaciones o burofax que necesitase enviarle al inquilino.
Lo normal es que el inquilino incluya una segunda dirección que sea la de un miembro de su familia o similar. Insisto, sobre todo a efectos de poder notificar y comunicarse con el inquilino si después surge algún problema. De esta manera conseguirás proteger tus intereses como propietario de manera efectiva.